jueves, 21 de octubre de 2010

Historia en contraruta

Hasta hace unos años nada más, mineros, obreros, fabriles, intelectuales, profesionales salían a las calles, se manifestaban, marchaban, hacían huelgas de hambre y morían para que les dejen votar y vivir en democracia, usurpada por ese entonces por la derecha fascista. Hoy 2010, grupos de derecha, cívicos, empresarios, periodistas, arman huelgas de hambre, marchan y toman las calles para impedir a aquella misma gente votar y vivir en democracia.

Hasta hace poco era común matar indios; el último Presidente que ordenó una masacre fue Gonzalo Sánchez de Lozada; nada más ni nada menos que causó 67 muertos y más de 300 heridos; los acérrimos defensores de la vida de hoy no abrieron la boca ese fatídico 2003 ni siquiera para bostezar, menos para condenar el crimen. El gobierno “indígena” de Evo Morales no ha cambiado la realidad, siguen muriendo indios y pobres, pero esta vez son carne de cañón de los intereses de sus mismos opresores (La Kalancha – Sucre). ¿Cuánto vale la vida de un indio a estas alturas de la historia?

Hasta hace poco, los cocaleros del Chapare y su comandante Evo Morales eran los principales bloqueadores del país, cerraban durante semanas, la carretera Santa Cruz – Cochabamba en defensa de sus plantaciones ilegales de coca, hoy, 2010, son los permanentes bloqueados por diversos sectores. Queda confirmada la teoría de que los alumnos son mejores que el profesor.

En agosto de 1985, la derecha emenerrista, aliada a la adenista, aprobó el Decreto 21060, que violó la Constitución con premeditación y alevosía, desconociendo desde el derecho a un salario digno hasta la vida social de las empresas estatales, olvidando la soberanía nacional. Hoy, octubre 2010, esa misma derecha clama por la inconstitucionalidad de la constitución que ella misma aprobó desde 1994 y posteriormente la amplió el 2004.

En octubre 2003, la derecha comandada por Goni se aferró hasta el final para no convocar a un referéndum del gas, sus seguidores apoyaron su decisión de no nacionalizar Yacimientos y mantener el gas en manos trasnacionales; después de la masacre, los principales beneficiados de la nacionalización conseguida con sangre de indígenas y pobres son los mismos derechosos que defendieron al verdugo de los mártires. Es decir, hoy beben de la sangre que festejaron cuando fue derramada.

Javier Zamora

Kopajiraarticulos.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario